lunes, 1 de agosto de 2011

Hyoscyamus albus - Beleño blanco

Familia: Solanaceae (Solanáceas).
Nombres comunes: Beleño blanco. Adormidera de zorra, beninos, beniños, bininos, biñiños, colecillas locas, dormidera, flor de la muerte, hierba loca, meleño, niños, tabaco, tabaco borde, veleño, veleño blanco, veleño blanquillo, veleño de Creta mayor, veninio, vizleño, viznino.

Descripción: Especie bienal con tallos cubierto de pelos largos y suaves. Puede alcanzar hasta el medio metro de altura. Las hojas son pecioladas, aovado dentadas. Las flores se disponen se agrupan en inflorescencias densas, y son de color amarillo pálido con la garganta purpúrea.
Se cría: Es una planta nativa del norte de África y extendida por todo el Mediterráneo hasta el sur de Rusia.
Composición: El alcaloide más importante, presente en esta especie es la L-hiosciamina que se encuentra en todas las partes de esta planta, junto con cantidades variables de atropina y hioscina.
Propiedades: Tiene parecidas características y propiedades que el beleño negro
Usos medicinales: Antaño, antes del descubrimiento del cloroformo, se usó esta planta para adormecer a los pacientes que fuesen a ser intervenidos quirúrgicamente.

Beleño blanco en una pared de la Ribera Navarra.
Toxicidad: En esta familia se encuentran especies tan inofensivas como la patata, el pimiento y el tomate, etc, y otras más peligrosas por su toxicidad como la Belladona (Atropa belladonna), el Estramonio (Datura stramonium) y el Beleño negro (Hyosciamus niger) etc. Estas últimas, se caracterizan por el hecho de que, debido a su composición, pueden originar trastornos del Sistema Nervioso Central. El cuadro clínico producido por estas especies se caracteriza por los siguientes síntomas: sequedad de boca, visión borrosa, midriasis (dilatación de las pupilas), rubicundez (rubefacción), palpitaciones, taquipnea (respiración rápida y agitada), agitación psicomotriz, alucinaciones y, a dosis elevadas, incluso coma y paro respiratorio. El nombre de beleño deriva del latín Belenus, dios galo al que se le consagró la especie cercana el Beleño negro, con la que los galos envenenaban sus flechas. Asimismo el nombre de esta planta originó el verbo embeleñar (adormecer con beleño). 
Esta especie ha sido asociada desde muy antiguo con la brujería y la magia. 
 




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